jueves, 24 de diciembre de 2009

¡Salud!

Por mis bondades hacia mí; por ocuparme de mis sanas, y no tan sanas, muertes de un rato; por cuidar mis soledades.
Velo por el bienestar general de mis ahogos personales y por salvar los azules caprichos de aires libres.
Levanto esta copa por seguir malcriando mis consuelos de empatía para conmigo misma.
Brindo por aquellos segundos de incertidumbres desesperadas.
Salud por las salvedades de miseria y malhabidas costumbres de paz efímera.
Salud, corazón desamparado. Lleno de criterio y lógica. Bombea, bombea hasta el agotamiento. ¡Bombea! Que yo prometo continuar este maltrato hasta que finalmente ceses con una sonrisa dibujada en mi propia cara desbordante de molestias y plena de orgullo al fin, por haber logrado tu tan esperado desenlace.
Brindemos por vos, corazón. Por mí. Por nunca habernos mentido. Por siempre habernos entendendido. Por haber alcanzado nuestro mayor objetivo.
Felices fiestas, Ivana. Y un próspero y lento suicidio, también.

viernes, 27 de noviembre de 2009

De cuántas formas se ha cambiado. Cuánto es lo que se ha crecido. Si se ha llegado al punto de que este blog ya no es mío. O yo ya no soy de él.
Otra vez...¿Cuánto tiempo pasó en estos 5 años?

viernes, 21 de agosto de 2009

Adiós y nunca

"El que se va se lleva su memoria,
su modo de ser río, de ser aire,
de ser adiós y nunca".

Rocío Castellanos.

miércoles, 22 de abril de 2009

Confesión espontánea.

No sé si es normal. Pero cada vez que estoy en Capital Federal y me entero, de alguna manera, que los puentes están cortados por algún motivo, me siento encerrada. Aun si estoy almorzando en una plaza, en Callao y Marcelo T.

jueves, 22 de enero de 2009

En la mira

Ascensores que suben y bajan. Llenos de espejos que nos multiplican.
Y subiste, y bajaste. Y volviste a subir, pero yo corté el cable.
Para mi, caíste al vacío. Para vos, solo estás en el subsuelo.
Tarde, no sirve. Temprano... Ya no hay tal cosa.
En aquel campo embarrado, repleto de gente sin caras, me ví sin escapatoria.
Viniste corriendo a través del tumulto, para alcanzarme, y ponerme en la mira. Viniste a matarme.
Escapé por escaleras de rocas, escondiendome entre aguas y sales. Y me alcanzaste.
Los nervios contraían mis músculos. No podía ser cierto. Lo niego y empieza de cero.
Campo nuevamente. Y barro por todos lados. Una casa a medio construir, con gente que alguna vez en la vida crucé.
Pasillos interminables, de ladrillos rotos y ventanas sin vidrios.
Aparecés una vez más, y vuelvo a ser el blanco de la mira.
Escapo de nuevo, y me escondo entre aceros oxidados. Alguien me abraza, alguien que no está ahí. Y me ves. Y vuelvo a empezar.
Campo una vez más. Y gente con bolsas en sus caras. Y barro, y suciedad.
La luz roja, me vuelve a apuntar. Y venís de nuevo, corriendo hacia mi.
Me doy vuelta y me deslizo entre tierras húmedas hacia otra superficie. Otra vez, me abrazan sin estar.
Me mirás desde arriba, me mirás amenazante. Y es ahí cuando lo entiendo. Sí corro, avanzás. Si me acerco, retrocedés.
Subo nuevamente, lo acepto. Ya morí más de una vez.
Parados los dos, enfrentados. Nos miramos a los ojos, y te digo: "Dispará"...
Te enfrenté. Y ahora el que muere sos vos. Ya no me afectás.

Y amanecí sonriendo.