viernes, 24 de enero de 2014

Mi agujero negro

A veces, siento como si se me abriera un agujero negro en el pecho, y como si todo alrededor se hundiera. A veces, siento como si mi solo vacío no fuera suficiente. No me alcanza. Y todo se hunde. 
A veces, algunos eventos ajenos terminan por volverse propios, míos. Un poco me superan, y entonces no puedo evitar dejar que se abra aquel agujero. Lo siento más de lo que debería. 
Es que, quizás, a veces, soy mucho menos humana de lo que debería, y la empatía me sobrepasa. Entonces, se me genera una sensación similar a la de querer llorar. Y el agujero negro... 

Lo siento más de lo que debería. Pero en serio, lo siento muchísimo. Lo siento por vos, por él, por ella y por ellos, a quienes ni conozco, pero lo siento. Lo lamento muchísimo. Más de lo que debería. 




lunes, 13 de enero de 2014

Las hojas secas

Con un disco, vinieron olores y tiempos de atrás. De hace unos años atrás. Solo con un disco, vinieron, entraron y se quedaron un ratito.
Después, cuando volví a mirar, eran las clásicas hojas secas.
Pero, mientras se quedaron, me detuve y me quedé. Y sentí olores, y escuché risas, y recordé palabras. Entonces, extrañé. Y un poco me lamenté. Y volví a extrañar otro poco de nuevo.
Pero, de un segundo a otro, volví a hoy. Y me di cuenta de que no me puedo ir de hoy. Entonces, inútilmente los busco, trato de olerlos, y miro hacia atrás. Pero nada.
Ahí están, intactas y crujientes, las mismas hojas secas.




So stranger, stranger, stranger things have happened, I know...