viernes, 15 de julio de 2016

Sere(mos)

Seremos de todo.
Seremos hijos y lloraremos para alimentarnos, descansar o satisfacer caprichos de los que no comprenderemos del todo el objetivo; nos abrazaremos a nuestros padres para sentir amor y protección casi auténticos, vendremos con frustaciones para que nos alivien y llegaremos a casa con nuestros logros para ser festejados.
Seremos hermanos y jugaremos a pelearnos y decirnos barbaridades, jugaremos a defendernos de los otros que nos ataquen, jugaremos a tener códigos propios para comunicarnos, jugaremos a criticar a nuestros padres/tutores y ser el bando contrario que hace el aguante a la inocente rebelión.
Seremos amigos y nos abrazaremos cada vez que nos crucemos, nos juntaremos a compartir mates y charlas eternas con risas y llantos; seremos amigos para siempre-no-tan-siempre o dejaremos de vernos eventualmente por las situaciones cotidianas de la vida misma.
Seremos amantes pasionales que nos veremos todos los días o una vez cada tanto, para compartir la cama, para ensuciar las sábanas, para ver un largometraje, para compartir cenas-almuerzos-chocolates y abrazarnos desnudos dormidos o despiertos.
Seremos colegas y trabajaremos juntos con todos los proyectos que alguna vez soñamos o los que no soñamos pero nos dan de comer; compartiremos espacios-oficinas-redes-carpetas-dinero-quilombos, brindaremos ante los logros y nos agarraremos la cabeza ante las adversidades. 
Seremos extraños que nos cruzaremos por calle-bondi-tren-subte-institución-espacio público-evento social o cultural y nos ignoraremos o intercambiaremos miradas-sonrisas-palabras. 
Seremos.
Pero cuando te vayas, cuando yo me vaya, cuando no haya nadie al lado con quien intercambiar-compartir-llorar-reir-abrazar-comer-satisfacer caprichos-mirar largometrajes-jugar-charlar-ensuciar sábanas-agarrarse las cabezas-brindar..., cuando solo el espacio de alrededor invada al cuerpo y no haya nadie con quién seremos, pues solo seré. Y para ser seré puedo hacer todo lo que alguna vez hice cuando fuimos o haré cuando seremos. 
Seré mi propia hija y lloraré para alimentarme, descansar o satisfacer mis caprichos aunque no comprenda del todo el objetivo. Me abrazaré a mí misma y sentiré amor y protección casi auténticos, vendré con mis frustraciones y me aliviaré y festejaré mis propios logros. 
Seré mi propia hermana y jugaré a pelearme conmigo y decirme barbaridades, a defenderme de los otros que me ataquen, a tener códigos propios para comunicarme conmigo, a criticarme a mí misma y seré mi propio bando contrario que hace el aguante a lo que se venga.
Seré mi amiga  y me abrazaré cada vez que pueda, me sentaré sola a compartir mates y charlas eternas con risas y llantos conmigo misma; seré mi amiga para siempre-no-tan-siempre o dejaré de verme seguido eventualmente por las situaciones cotidianas de la vida misma.
Seré mi amante pasional que me veré todos los días o una vez cada tanto para compartir la cama conmigo, para ensuciar las sábanas con mis manos y mi cuerpo, para ver un largometraje, para compartir cenas-almuerzos-chocolates en soledad y abrazarme desnuda dormida o despierta.
Seré mi colega y trabajaré sola con todos los proyectos que alguna vez soñé (acá no hay lugar para lo que no soñé); compartiré espacios-oficinas-redes-carpetas-dinero-quilombos conmigo, brindaré sola ante mis logros y me agarraré la cabeza ante las adversidades. 
Seré una extraña que me cruzaré con el mundo por calle-bondi-tren-subte-institución-espacio público-evento social o cultural y me ignoraré o intercambiaré miradas-sonrisas-palabras cuando me encuentre conmigo sola y rodeada de entes. 
Ante todo, siempre seré. Sola, yo y mis brazos que más que brazos son remos. 
Seré y soy. 
Y gracias por todo lo que fuimos y somos y seremos. Pero vos también tenés que saber que serás sin somos. 
Seré(mos) de todo. Justos o solos.

jueves, 14 de julio de 2016

De genesgibres, pestes y un poco de miel

Me pica la garganta por tomar eso que me cura de lo que me molesta en la garganta. Y en el cuerpo. Pero el cuerpo no me pica.
Me duelen los ojos de ver cada cosa que no debería y que pasa igual porque acá todo es gratis, viste? Acá todos hacen la que les pinta, porque las pautas y normas sociales dicen que estamos acostumbrados a hacer lo que nos importe y que el de al lado se curta solo.
Me duelen los oídos de escuchar barbaridades absurdas y repetitivas, porque acá opinar es fácil, oíste? Acá cada uno dice lo que se le antoja cuando se le canta y el que cae en la voleada también es un gil. Y se susurran a los cuatro vientos cada una de las quejas que más que quejas son discursos pre-armados por algún señor de más de miles de años que realmente nunca pensó en otro ser más que en sí mismo y propagó su vasta sabiduría por toda la república.
Para que no me duela la garganta, tomo el té ese que me hace picar la garganta. El cuerpo no me pica. Solo se cansa, a veces se cansa.
Para que no me duelan los ojos, saco el dedo acusador que se posiciona entre ceja y ceja del apuntado y a ese le duelen los ojos ahora. A nadie le gusta que le digan que hace las cosas mal. Pero ese aire de ser justiciera lo saqué de mi papá.
Para que no me duelan los oídos, ignoro los planteos nulos con un poco de música en mi cabeza. A nadie le gusta que no escuchen sus quejas. Pero eso de no escuchar lo incorporé de mi mamá y de todas las veces que el dedo acusador la ha apuntado.
Y los genes no se discuten. Y el cuerpo no me pica pero se cansa. Me pica la garganta. Y los ojos me pesan. Y los oídos se me apagan. Y eso de acurrucarme, escondiendo mis muslos en mi pecho y mis pies en mis brazos y la cabeza dónde está?, no sé de dónde lo saqué, pero se siente natural. Neutral. Me pica no me pica la garganta. El té ya se terminó. Me pica, no me pica, me pic...
Por favor, apaguenme al salir.