lunes, 31 de mayo de 2010
No se diga más
Y qué querés que te diga. Es cualquiera. Son cualquiera.
domingo, 30 de mayo de 2010
Managerea que no es poco
Imposible es. Todo lo es. Nada ha sido. Qué importa si será. A quién le interesa si habrá. Habrá sin que a nadie le importe. Porque va más allá de todo y queda más acá que nada.
Entonces, ahora no hay nada. La pieza vacía, la puerta cerrada y yo. Y ya lo había dicho, pero nunca antes quedó mejor.
Manejarte es decirte qué hacer sin decirte realmente lo que quiero que hagas.
miércoles, 26 de mayo de 2010
Paralelos Vol. IV
¿Acaso puede darte arte un pedazo de arte?
...Porque el sabor era más dulce.
Finalmente, no es necesario lookearse para decirlo.
Así me va a ir con el trabajo práctico.
viernes, 21 de mayo de 2010
Qué mal quema
Antes se te apreciaba mejor. Quizás porque antes te miraba más de cerca.
Qué mal, qué mal. Ya no te veo tan de cerca. Y se te ve absurdo y vacío. Y quema. Qué mal. Qué mal quema. Muy mal.
¡Moltíssimo piu Avanti ancora!
y los férreos estúpidos leones,
encerrasen dos flacos mocetones
en esa frágil cárcel de las fieras,
No habrían de yacer noches enteras
en el blando pajar de sus colchones,
sin esperanzas ya, sin reacciones
lo mismo que dos plácidos horteras;
Cual Napoleones pensativos, graves,
no como el tigre sanguinario y maula,
escrutarían palmo a palmo su aula,
buscando las rendijas, no las llaves...
¡Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula!
viernes, 14 de mayo de 2010
Paralelos Vol. III
Después te cuento cómo sigue.
Si quiero que se sepa, lo tengo que decir.
Entonces, me pongo a pensar que, aparentemente, tengo mucho más tiempo del que pensaba.
Suena a interesante final feliz[1].
If you're good at something, never do it for free —dijo e hizo una mueca un tanto neurótica.
[1] Entiéndase por el comienzo de la historia.
Resumen de algunas de esas cosas que no suelo decir acá
Ya me dije una de las cosas más importantes. Y ese piano no se equivoca, señores.Y esto fue hace como una semana atrás.
Me gusta entender lo literario de estas palabras, y me resulta interesante haberlo escuchado.
Será cuestión de ponerse cómodo. En el peor de los casos, morirse cuando se esté lleno de vida.
lunes, 10 de mayo de 2010
Fusilamiento
Sus palabras son taaan monótonas aunque su tono de voz varía constantemente. Tan absurdo. Hace como media hora ya que dejé de darle bola a lo que dice. Es que me aburre de sobremanera escuchar sus pensamientos tan básicos. Es como intentar prestarle atención a los sonidos que pueda llegar a emitir un cavernícola. Toda su imagen se parece a la de un cavernícola, sus gestos, sus movimientos, sus expresiones absurdas y carentes de cualquier sentido. No lo quiero escuchar más, por favor, es insoportable; ay, ya empezó, ya tenía que estar haciendo lo de siempre. Grita, grita y grita. Ya arrancó el discurso tortuoso, las palabras de asesino en serie ¡Cuántas veces ya me mató de la misma manera! Tiene la voz de un sicario y una intención mucho más monstruosa que la que podría tener uno de esos. Cuando empieza con todo esto es como si el cavernícola se esfumara y apareciera el verdugo cagón siempre tapándose la cara. Y todos los sonidos se apagan. Así, ahí, muy bien, qué básico que sos. ¡Qué pelotuda que soy yo! Las palabras, las palabras, suenan como un redoblante. Y la pieza, la pieza es un enorme paredón gris que no llego a ver realmente porque una venda negra me tapa los ojos. Los silencios, los silencios. No se calla. Díganle que se calle. Los silencios. Basta, basta, basta. ¡¡BASTA!! Se recargan las escopetas con esas palabras. Las escopetas, las escopetas y mis lágrimas, ay, mis lágrimas y las escopetas y el redoblante. El redoblante se calla, silencio, mis lágrimas, que se calle. Me pide un último deseo. Lloro, lloro, deseo, ¿deseo? ¡Perdón, perdón! Por favor, perdón perdón perdón, lágrimas. Perdón. Lágrimas. Deseo irme de acá. Perdón perdón.
Y los disparos.
domingo, 9 de mayo de 2010
Punto de vista
Su vista se distrae con el delicado rayo de sol que entra tímidamente por la ventana que se encuentra a su derecha. Recuerda que debe concentrarse. Cierra los ojos, respira profundo, esboza una delicada sonrisa, se incorpora y mira de nuevo a su marido. Ya está lista para continuar.
Intenta conquistar con la mirada aquel lienzo que le da la espalda. Otra vez deja que sus ojos se distraigan. Mira el trípode de madera que sostiene la blanca tela que de a poco se queda con su imagen. Ve la silueta de su marido quien, cada tanto, asoma sus pupilas por el costado de aquella estructura para robar algún detalle de ese rostro de porcelana. Cuando él no se deja ver, ella mira la danza que interpreta la punta del pincel. Y da vueltas, y se queda quieta, y se esconde y se vuelve a mostrar.
En cualquier otra circunstancia, le costaría mantener la postura. Y cuando el cuerpo le pide un descanso, ella recuerda que se está enfrentando a su peor enemigo. No puede mostrar debilidad.
Pasan las horas, la habitación se oscurece y ella se siente cada vez más cansada. Pero no puede ceder tan fácil. Continúa desafiando con la mirada a la tela sobre la que pinta su amado. Y siente poder cuando piensa que así, ataca al lienzo por delante y por detrás.
Con el atardecer la habitación se enrojece y los amarillos almohadones que rodean el lecho donde ella posa se ven anaranjados. Los colores cálidos que la abrazan consiguen que se relaje y disfrute de ser la amada modelo. Quizás se relaje demasiado. Los párpados le pesan cada vez más. Entonces, arriba ve una franja negra, en el centro, rojos, naranjas y rosas, y abajo, otra franja negra que cada vez se aproxima más a la superior. Las franjas se juntan. Negro completo. Recuerda la lucha. Respira profundo y sus ojos se vuelven a llenar de calidez. Rojos, naranjas y rosas por todos lados.
La espalda del futuro retrato se deforma de a poco. Ella pestañea y ahora trata de distinguir la figura de la ventana. Los rojos y sus gamas se entremezclan. Todo está fuera de foco. Pestañea de nuevo. Todo se presenta nítido otra vez. Y luego: negro, colores cálidos borrosos, y negro. Oscuridad próxima.
Sus ojos se cierran. Esta vez, para siempre.
viernes, 7 de mayo de 2010
A la ingeniera que se fue cuando la obra estaba por la mitad
Yo sé lo que hubo después. Un silencio campesino y una limpieza de escombros. Yo me acuerdo.
Más allá de todo lo que vino después y más allá de todo lo que te hundiste en este tiempo, me alegra saber que estás bien. No te olvides de vos. En definitiva, tenés que vivir toda la vida al lado tuyo. Y yo no he conocido persona que reproche tanto como vos. Entonces, yo no me meto. Con vos ya tenés suficiente. Por cualquier cosa, y está de más que te lo aclare..., Andradelvalle, cuatrodoscuarenta o quinceseiscerocerocuatro. Cuando quieras.
Te quiero. Cuidate.
jueves, 6 de mayo de 2010
"Una época silvestre y comer de la basura
Tengo que salir a abastecerme y comprarme chucherías para morirme de angustia...".
miércoles, 5 de mayo de 2010
Paralelos Vol. II
Jugá, Ivana. Jugá tranquila y divertite.
El texto dice que jugar hace bien.
18:32
Sí. Definitivamente, sí. Claro que no será lo mismo. Ponele que ya no nos damos besos en la boca.
Valores, Ivana. Tené en cuenta los valores. El texto dice que debés tener en cuenta los valores.
martes, 4 de mayo de 2010
lunes, 3 de mayo de 2010
Paralelos Vol. I
Yo debería llevar conmigo algún aparato que me sirva como grabador.
Siento que es completamente necesario en escenas y escenarios como estos.
Nota mental
Debo decirme que pocas veces entendí tan bien algo como lo siguiente: "la expresión y la comunicación pueden darse de modo oral y escrito".
17:58
Gracias... A ti.
17:59
18:01
Tengo una tendencia suicida un tanto particular, observo.
18:20
18:37
domingo, 2 de mayo de 2010
Domingo de tango
Borrachera delicada. Sermón de alcohol en boca de dama y un cigarro en la mano.
Si será actual el cambalache que no hay potrillo ni bache.
No hay canción de esquina.
Ivana, Ivana..., ya se lo he dicho antes: no rompa las bolas. Y si quiere, ahí tiene el piso para caerse muerta.