domingo, 1 de diciembre de 2013

El que se miente a sí mismo

El que se miente a sí mismo y cree su propia mentira no es capaz de distinguir la verdad ni en sí ni en los demás. Y al no respetar a nadie, cesa de amar, y para ocuparse o distraerse, en ausencia del amor, se da a las pasiones y se entrega a groseros goces, llegando, en sus vicios, hasta la bestialidad; todo ello procede de la mentira continua para consigo mismo y para los demás. El que se miente a sí mismo puede ser su primer ofensor. A veces es agradable ofenderse, ¿no es cierto? Un individuo sabe que nadie lo ha ofendido, sino que él mismo se ha inferido una ofensa; miente recargando a su placer el cuadro; de un montículo hace una montaña; lo sabe él mismo y, no obstante, es el primero en ofenderse hasta sentir placer en ello y experimentar una gran satisfacción ignorando que está pasando el camino de los grandes odios...
Fiódor Dostoyevski. Los hermanos Karamazov