viernes, 18 de noviembre de 2011

miércoles, 9 de noviembre de 2011

lunes, 26 de septiembre de 2011

De suicidas

El suicida que más me inspira al suicidio estuvo en mi lugar preferido para suicidarme.
El mayor suicida me asesinó en el piso. Y se comió mi cuerpo entero.
Eso pasó después de que el ácido de las paredes haya consumido la casa y a todos en ella.

Mi casa de ácido

Mi casa está emrujada, las paredes están hechas de ácido, las luces son de colores y todas las habitaciones tienen las puertas abiertas y no tienen ventanas.
Mi casa está embrujada. El piso podría ser de lava. Y hay rincones llenos, repletos, desbordantes de espectros que nunca vi.
La casa está embrujada. No tiene muchos muebles y los pocos que están no tienen puertas ni forma de que los abran. La casa tiene ojos y boca y podría comernos a todos nosotros. Porque tiene vida y está embrujada. Las paredes son de ácido y derriten miles y miles de historias.
La casa tiene algo, les digo, adentro el tiempo pasa volando y en todas las piezas se escuchan ruidos.
Mi casa está embrujada y es un círculo gigante. Constantemente se arma y se desarma y a mi paso aparecen y desaparecen sus millones de fantasmas.
La casa me comió, me masticó todo el fin de semana, me escupió el domingo y el lunes me volvió a engañar con su normalidad.
La casa me embrujó; otra vez nada terminó y esta no sería la primera vez. Tampoco la última.

jueves, 18 de agosto de 2011

1148

Como un nuevo espacio. Como un nuevo aire. Y me adueño, y me acomodo. Y cada vez es más mío, aunque se mantiene ajeno.
El 1148, este rincón celeste. El 1148, bastante distinto y lejano al rincón verde.
Divertido que lo comente en el rincón rosa. Jaja.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Agosto va por la mitad

Quizás nunca, quizás siempre. Y se nos va el tiempo todo el tiempo.
Ya va casi un mes sin fríos, sin embargo, nunca paré de buscar abrigo.
De julios y de agostos podría hacerme la vida, te digo. Y bastante abrigada y divertida sería.
Quizás de nuevo, quizás nunca más. Y con el tiempo ya no pierdo tiempo. Que pase, que vaya, que se quede, que no sé. Si total..., ya se fue, la canción ya terminó y yo no tengo mucho más para decir.

De la tinta del tintero

Yo nunca pude denominarlo domingo. Y ojalá no hubieramos cerrado la puerta.
Las trabas, los bondis, las gotas, las plantas, el ácido y los juegos. ¿Te acordás de los juegos? Y todavía creo que estás en esa plaza. Como si tu tiempo no avanzara. Como si mi tiempo se hubiera ido a la mismísima mierda.
Me acuerdo de haberlo visto sonreir con locura y de haberlo escuchado gritar a través de las paredes.
Nunca supe en dónde quedaron las botellas. Nunca me enteré si realmente se tomó la lavandina. Pero desde hace un tiempo se escucha su silencio. Y extraño un poco esa falta de cordura.
Cada tanto miro por la cerradura, pero no hay mucho para ver. Ya no se perciben sus movimientos enfermizos, ni sus miles y miles de volteretas por toda la habitación. La habitación de al lado, la del loco de al lado.
Y quien te dice, ya no es tan loco. Y quien te dice, ya no está al lado.
Y no sé qué pasó con los juegos, ¿te acordás de los juegos?, y no sé qué se hizo de sus trapos.
¿Otra vez hablamos de culpa? Pues no es mía, ni suya, ni ajena, ni propia, ni nada. No hay tal, porque no hay mal. Solo hay pilas y pilas de diarios viejos.
Ojalá encuentre las botellas. Ojalá todavía me quede un trago de lavandina.

miércoles, 1 de junio de 2011

De fotos viejas y de humedad

Ironías del presente. Le doy vida a esas fotos viejas en el acto de hacerlas interactuar en un video. Les devuelvo el movimiento, las traigo del pasado. Y a cambio me dejan un nudo en el estómago.
Ironía del presente que me trae nubes de polvo sacudido miestras se llena el cenincero y Cacho no deja de cantarle a la humedad.
Desde hace un par de días que volví a tener 10 años. Menos también. Y qué cálido se siente dormir en ese sofá. Y qué agradable es el aroma de esa cocina. Y qué grande es el árbol que decora ese jardín.
Se respira una melancolía familiar. Dejemos todo el presente atrás y sigamos mirando hacia el pasado. Ahora volvamos y veamos qué tan bien nos fue.
El tiempo y sus pasos. El ser humano y sus valores pisoteados. Algunos lazos no logran atar a los apellidos. Y el orgullo es una tijera oxidada.

jueves, 5 de mayo de 2011

Enojo Vol. I

Estoy realmente enojada con el ser humano. Especie de mierda si las hay.
Y es que, ¿no se enojaría usted también?
Pienselo.
Vivimos en un mundo en donde la última persona premiada con el Nobel de la Paz es el presidente de la única Potencia Militar del mundo.
¿Y si nos replanteamos algunas cositas?

lunes, 2 de mayo de 2011

Sobre verse de nuevo


En el alto piso de la incertidumbre, y traté de hacer incomprensibles estas palabras...
Costaba mucho asumir lo que no pasaba. Y no me di la oportunidad de salir de este cuerpo.
Esos verdes y azules podían transformarse en estos amarillos y grises. De hecho, lo hicieron y entonces el otoño nos golpeó en la cabeza.
¿Se fueron con el verano o los eché con la caida de las hojas?
No me olvido de los labios y de las manos de todos ellos. Pero hoy no quiero tenerlos presentes. Reflejos viejos.
Entonces, camino y me voy por los ríos. Quisiera mojarme los pies y sentir frío.
Y Soledad nunca quiso estar sola. Y Luci Dulci se olvidó de los demás. Y Clementina rogó por su propia clemencia. Y Victoria se hartó, se cansó. Se alejó cada vez más del fracaso. Pero, ¿acaso no es eso lo que buscó cada una?
La única valiente es la que no se estanca. La única que se va es la que después volverá con la frente en alto.
Todas ellas piensan en sus viejos reflejos y hoy, yo me enfoco en el nuevo.
No se preocupe usted, divina elegíaca, que todo el tiempo predico cosas nuevas. No se precipite usted, hermosa parte de mí, que no todo lo que escribo lo publico. Pero sí todo lo que publico es lo que de mí muestro.
El resto es mío. Lo demás es nuestro.
Así que, brindemos las dos. Y brindemos porque somos una sola.
Salud.

lunes, 4 de abril de 2011

De una realidad

Soñé que todas las personas eran incorruptibles.
Para cuando me desperté, la víctima ya se había vuelto victimario.

domingo, 3 de abril de 2011

De lugares que frenan y de tiempos que siguen

El tiempo se frena cuando me voy de un lugar.
Yo avanzo, me muevo. Mi tiempo es el que se va. Allá nada sigue, todo se paraliza. Intacto queda. El tiempo se estanca en ese lugar. Y algunos me convencen de que si vuelvo todo estará igual.
Pero pará, seguí, frená, volvé.
Mi tiempo avanzó. Y cuando vuelvo a ese lugar, su tiempo se adecua al mío y en un segundo se acelera, me sigue, me alcanza.
Entonces, yo me como el verso de que el tiempo no se estancó en ese lugar.

Sobre ver y no verse, sobre verse y no ver

Hace tiempo que no te veo por estos lados. ¿Y qué será de vos después de tanto?
Hace mucho que no se perciben tus aromas ni tus modos ni tus manos. ¿Y cuánto hace desde que viniste aquella vez a contarme cómo debía ser todo y cómo había que moverse para avanzar?
Me acuerdo que no hace tanto te crucé, pero vos no me cruzaste o jugaste a no cruzarme, siquiera una mirada.
Y hoy tu color ya no se nota. Y tu soltura no es la misma.
No hay nada de malo en cambiar el paso. Tampoco nada es absolutamente erróneo.
Pero tus manos, tus aromas y tus modos... ¿Qué habrá pasado?
Hace bastante que no te noto, aunque creo que igual estás. Incluso con tu ausencia cotidiana.
Y no sé, exáctamente, cuánto tardarás. Siquiera sé si aparecerás.
Hace tiempo que no se te ve por estos lados. Hace mucho que no escucho algo sobre tus pasados.
¿Te acordás de lo que decías? Siempre lo repetías, una y otra vez. ¿Te cansaste de aquella vida? ¿Ya no creés en lo que predicabas?
Hace tanto que no te encuentro. Tanto hace que hoy cuesta varios segundos poder recordarlo.
Y tus modos, tus manos, tus aromas...
Pudo haber pasado que hayan cambiado algunos cristales. No lo creo. No. Me hubiese enterado.
¿Y si te fuiste definitivamente? Tengo que decir, me genera una melancolía. Pero igual, te solté la mano. Y sabía, sabía lo que se venía. Igual, me solté, te solté, nos soltamos.
Hace mucho que no te busco. Y ya no me parece extraño. Pero quiero que sepas que no hay rencores y que este lugar te lo guardo.
Cuando gustes, sabés que podés volver y darte una vuelta por este espejo que, añejo y todo, me sige mirando.
Sé que ya no somos iguales. Pero... Igual, te espero acá delante, cristalino, verdadero y cambiante.
Cuando quieras, viejo reflejo, podés pasar a mostrarte.

lunes, 14 de marzo de 2011

Lunestrógeno

Me aburre, me divierte, me da hambre, me da fiaca. Blah, blah, blah, blah. Me da ansias, me da sueño, me genera pocas ganas, no quiero ni luz. Me causa gracia, me da ganas de llorar, me anula, me prende de nuevo. Me parece absurdo. Me parece mal. Se me hace que está bien. Me causa dolor, me tira abajo, me apena, me da ganas de fumar. Pero no quiero un cigarrillo más. Y no quiero ver caras. Me molesta, me agrada, me endulza y me causa asco. Blah, blah, blah, blah. Me descalza, me estira, me acurruca y me tapa hasta la nariz. Y me adormece, me hace abrir los ojos de golpe, me sienta en la cama y me reniega si me miro al espejo. Blaaaaaaaaaah. Me anima y me vuelve a tirar. Me irrita y después todo está bien. Me hace mujer y me hace nena. Me copa y después me levanta la ceja. Me callo. Y ya no quiero escribir. Blah, blah. Mejor, hagamos de cuenta que no estoy. Hagamos de cuenta que no existo. Lunes de marzo, lunes estrogénico. Callense. No me miren. No me miro. Mejor, nos volvemos a cruzar después.
Y blah, blah, blah.

sábado, 19 de febrero de 2011

Lo que quise decir

Lo digo porque nunca me gustó guardar nada de todo eso que sí puedo sacar. No así como las miles de estupideces que tengo en las muchas cajas de arriba del placard.
Lo digo ahora —dos años y algunos meses después— porque, la realidad es que, recién ahora me acuerdo de decirlo.
Durante un tiempo fue..., no doloroso, fue más bien abrumador. No quería ni pensarlo pero solo porque en ese momento tuve ganas de vivir tranquila después de todo aquello. Más adelante pasó a ser un lamentable recuerdo. Lamentable, dije. Qué lástima tener que utilizar esa definición, pero así lo fue. Tiempo después sobrepasó lo indiferente y se fue casi al extremo de borrarse de mi memoria. Luego volvió y en ese acto se transformó en indiferente. Hoy solo es algo que viví. Así como lo es el recuerdo de haber trabajado como empleada administrativa en el estudio jurídicio que estaba Córdoba y Callao.
En algún momento fue una linda inspiración para un monólogo que anda publicado en un libro de esos en los que participan muchos autores, ¿no? Un libro que usted puede encontrar, tranquilamente, en la Biblioteca Nacional, si así lo desea.
Pero retomo. Hoy solo es algo más de todas esas muchas cosas que en algún momento viví.
Sí, me causó un algo. Me dio la chance de reafirmar lo que yo desde siempre pensé. Me dio también la oportunidad de reconocerme vulnerable. Me ayudó a ver que todo se puede apagar con nada y que cuesta mucho esfuerzo prenderlo y mantenerlo prendido.
Sí, también me hizo perder el tiempo. El tiempo. Qué valioso es ver eso ahora. Un poco me arrepiento de haber perdido todo ese tiempo. ¿Año y medio? ¿Cuánto hubiese adelantado en mis proyectos? Pero admitamosle que me dio la chance de ver mis prioridades.
Un poco me veo en la obligación de calificar todo eso como algo negativo, pero porque hubo un contexto muy particular. De todas formas, y hoy lo digo, ya no me parece tan catastrófico. De hecho, se me hace interesante.
Hoy ni en pedo me subestimo por lo que diga otro. Hoy nadie me tortura por todo. Hoy no me dejo absorber por alguien. Hoy soy un poco más espesa. Hoy no me pierdo de mí.
Durante mucho tiempo me negué a pensar en vos. Durante otro tiempo me olvidé de tu existencia. Después te crucé por una de esas putas "casualidades" de la vida y me generaste un enojo que hacía meses no sentía. Te estoy hablando de que eso lo generó la sola idea de saberte tan cerca. Más tarde empezaste a parecerme triste. Es que nunca saliste de donde te dejé. Todavía estás ahí y estás igual. Si me hubiese quedado, yo seguiría igual. Y ni hablemos, por favor, de todas las cosas que hice desde que me fui. Ni de todas las cosas de las que me salvé al irme.
Pero ya no me parecés tan triste. Me parece que tus prioridades son esas y te felicito por tener todo tan al alcance para tu felicidad.
Quiero decir que no te odio, aunque en algún momento ambos lo creimos. No te tengo bronca, no te tengo lástima, no te deseo nada malo ni tampoco es que prefiera no verte. Sí creo que sos una persona muy cerrada a muchas cosas y con muy poca tolerancia por lo que piensan quienes te rodean. Creo que el gran error que cometés es el de asumirte como el que todo lo sabe y como el que todo lo vivió. Pero nada más. Y ojo, quizás sea solo mi opinión.
Quiero decir que, actualmente, te guardo en un buen recuerdo, pero solo por haber sido una persona que, por lo menos, me hizo reir algunas veces y que también me mostró algo del arte de la música —sí, bueno, está bien. El sexo también estuvo muy bien—. Quizás sea poco después de un año y medio. Quizás sería muchísimo mejor si se pudieran rescatar muchas más cosas. Pero solo puedo adjudicarte eso. Y de todas formas, no creo que sea poco. Hay quienes dejan menos que incluso esos dos —tres— detalles. Entonces, me quedo con lo positivo de vos. El resto ya ni tiene importancia. De errores nos hacemos.
Y la verdad es que hoy me siento muy bien, y es que estoy muy bien. Pero porque fui capaz de acumular y de mantener reservas de muchísima fuerza después de toda esa cantidad de mierda. Y me refiero a esa mierda sin adjudicarle culpas a nadie. Lo que hicimos fue una mierda, solo eso.
Lo que quiero decir es que todo es cuestión de puntos de vista. A mí, particularmente, me gustan los puntos positivos.
Dejemoslo así: la sombra solo existe porque hay luz.

lunes, 7 de febrero de 2011

Mujeres

No es la primera vez que me dirijo a ustedes. Ya he hablado de soledades, de dulzuras, de clemencias y de victorias. Ya he hablado con ustedes. Y ya he dicho muchas cosas sobre ustedes. Sepan que las entiendo. Yo soy una de ustedes. Me importa lo que les pasa y me importa que sepan que a mí también me pasa.
Quiero decirles que es absolutamente inaudito que en el único momento en que podemos, literalmente, liberarnos estemos de igual manera atrapadas. A veces hay que desconectarse completamente de todo y hay que dejar salir lo que tenga que salir.
Es que no puede ser que nos permitamos seguir siendo prisioneras todo el tiempo. Incluso cuando una puede estar desconectada de la rutina en general, necesita seguir desconectándose. Entonces, haganse un favor a ustedes mismas, mujeres, y no vayan al baño con el celular ni el teléfono de línea en la mano por si tienen novedades o por si prefieren aprovechar tiempo en el acto de hacer dos cosas a la vez.
Permitanse relajarse. Permitanse unos minutos de libertad plena.
Y vamos, no sientan vergüenza de leer este texto. Vamos, yo soy quien escribe y lo hago sin pudor, porque es una realidad, mujeres. Es una realidad.
Todas tenemos un rato de esos. Todo ser lo tiene. Aprovechemos que lo tenemos y disfrutemoslo. Seamos capaces de sentirnos plenas por ello. Podemos, incluso, agregarle detalles para que sea completo y satisfactorio. Un cigarro, por ejemplo, acompaña al momento de una linda manera.
Y no, ahora no me juzguen por hacer eso. Somos parte de una especie y toda especie tiene algún instinto de mugre. Dentro de nuestra especie, existe el instinto del sacrificio propio. Cada una lo hace a su manera. Pero todas lo tenemos. Y es que todas nos maltratamos de diferentes formas. Incluso la Virgen María se quiso matar cuando le dio positivo.
Y sí, mujeres, me fui por las ramas. Yo les había advertido que era una de ustedes.
Entonces, retomando y concluyendo, mujeres: sean felices, dense un momento y por lo menos, caguen tranquilas.
El cuerpo y la mente se lo van a agradecer.

Posa la mariposa en tanto

A la Posa, mariposa.

Tanto, tanto te quiero.
Mariposa en tango. Así de tanto.
Y desde el principio que te cuento tanto.
Y desde el comienzo nos reimos tanto.
Tanto, te quiero tanto.
Mariposa de mi canto.
Y nunca me olvido de buscarte tanto.
Y siempre me acuerdo de verte tanto.
Tanto pato, tanto ñato.
Te quiero tanto.

Jamón del medio

sábado, 5 de febrero de 2011

De modos y de detalles

Tomalo como el momento en que te acomodás con tu vaso de wisky en tu sillón más cómodo, ubicado estratégicamente junto al calor de un hogar, o de tu plasma, después de haber tenido un arduo día.
Lo mío es similar. La situación es comparable. El fin es casi el mismo. Solo cambian algunos detalles.
Ahora que nos entendemos, ¿por qué todavía me juzgás?

jueves, 27 de enero de 2011

Paralelos Vol. IX

ENCUESTA
La ONU decidió hacer una gran encuesta a nivel mundial.
La consigna decía: "Por favor, exprese honesta y sinceramente su opinión personal acerca de la escasez de alimentos en el resto del mundo".
El resultado fue deprimente.
Los europeos no entendían lo que significaba "escasez".
Los africanos no entendían lo que significaba "alimentos".
Los estadounidenses preguntaron por el sentido de la expresión "el resto del mundo".
Los cubanos solicitaron explicaciones sobre la expresión "opinión personal".
En el Consejo de Ministros de Italia todavía están discutiendo qué habrán querido decir con "honesta y sinceramente".

Y yo desarrollo lo que aprendo a ser mientras corrijo a traductores que explican de una forma muy amena cómo ellos aprenden a ser lo que son.

viernes, 21 de enero de 2011

De tantos en tantos

De tanto en tanto, el vidrio de la ventana le hace coros al viento. De a ratos, el sonido del cubo negro se anula. Y un reloj digital sin hora no me avisa nada. Y una colección de encendedores que no andan me piden fuego.
De tanto en tanto, me acuerdo de lo efímero de estos miles de años que pasaron desde la última vez que escribí. Años, fueron años. Y reniego de la parte de "efímeros".
Cero, impar, impar y cero. De esos horarios redondos. Pero el sueño no llega. Y los impares gritan insomnio, desvelo, trastorno horario post vacacional de vacaciones laborales.
Y acá estoy. Así que no grités, loco de al lado. Así que no llores por no ser destino final, muda de siempre.
Date la bienvenida. De amor solo mueren, y de forma respetable, algunos personajes de Gabriel García. De hambre podemos morir los dos, los tres, los cuatro, todos.
De tanto en tanto..., ¿qué sentido tiene la palabra "culpa"? No cabe en la definición de un diccionario, ni siquiera en la del Real. Mucho menos en una botella. Ni te digo si es de lavandina.
Así que no gritemos, no lloremos. Hay suicidas que no mueren.
Descansar... Y cerrar los ojos durante horas, de tantos en tantos. De tantos encantos.