¿Y? ¿Ya te volviste polvo? A veces quisiera poder llegar hasta el fondo del lugar en donde te dejamos por última vez, y ver eso que dejaste ahí, inerte..., con todo el sinsentido que eso implica.
¿Y? ¿Ya sos lo que no eras? ¿Ya te sentís mejor no siendo? En algún punto, acá, adentro, todavía sos lo que dejaste. Entonces, nunca llego a la conclusión de si sos o si no sos, pero para ser hay que no ser y eso no es locura, es simplemente lo que se es y lo que no también. ¿Y? ¿Ya no sos ese polvo? ¿Y? ¿Qué se siente ser envase vacío? ¿Qué se siente no ser vacío y ser todo y ser nada?
Algún día obtendré la no respuesta. O no. O sí. O ambas.
sábado, 8 de noviembre de 2014
jueves, 4 de septiembre de 2014
miércoles, 20 de agosto de 2014
Casi-no-realizada
Logré lo que no me propuse.
Pude perder lo que nunca tuve.
Llegué a lo extraño de extrañar a un extraño.
Conversé sin hablar.
Descubrí lo que no buscaba.
Y hasta llegué a concretar la ruptura de los lazos con quien jamás los establecí.
Casi que podría sentirme realizada. Pero para eso, todavía tengo y bien guardo mi tesoro más preciado.
Pude perder lo que nunca tuve.
Llegué a lo extraño de extrañar a un extraño.
Conversé sin hablar.
Descubrí lo que no buscaba.
Y hasta llegué a concretar la ruptura de los lazos con quien jamás los establecí.
Casi que podría sentirme realizada. Pero para eso, todavía tengo y bien guardo mi tesoro más preciado.
martes, 4 de marzo de 2014
Enmarañada madeja
Friedrich Nietzsche. Más allá del bien y del mal
Ph: Silvana Marcote
Fragmento seleccionado por Silvana Marcote.
http://www.flickr.com/photos/desdemimirada
martes, 25 de febrero de 2014
Lo que uno dijo sin decir y lo que el otro debió decir
¡Todo es una comedia fácil de comprender! Yo aspiro a desaparecer, pero me dicen: "¡No, es preciso que vivas, porque sin ti nada existiría! Si todo fuese razonable en la tierra, el espíritu moriría en el tedio. ¡La humanidad necesita que ocurra algo, y sin ti no ocurriría nada!". Cumplo, pues, con mi misión, muy a pesar mío, de suscitar acontecimientos, y hasta realizo lo irracional por orden. A pesar de la inteligencia humana, se toma en serio esta comedia. Es la tragedia de los seres. ¡Sufren, es evidente: pero viven con una vida real y no imaginaria, porque el sufrimiento es la vida, y sin él no hay placer! (...) En cambio, yo sufro y no vivo: soy la x en una ecuación ignorada, el espectro de la vida, ya sin noción de las cosas y hasta sin nombre.
"Nada hizo la sociedad por mí para educarme e instruirme, para ennoblecer mi espíritu y hacer de mí un hombre; y, después de negarme toda solidaridad, ahora me envía al presidio. Pues bien, estamos en paz: ¡no debo nada a nadie! ¡A vuestra maldad, a vuestra crueldad responderé con la mía!".
Fiódor Dostoyevski. Los hermanos Karamazov
lunes, 3 de febrero de 2014
Como este mes...
Son los fantasmas de tus —ya viejas— crisis los que me oscurecen los febreros.
Me encantaría que fuera tu mismísimo fantasma, pero solo se me acercan estos espectros.
Y como si tu ausencia fuese cíclica, me cruzo con tus inconscientes fieles seguidores. Entonces, de alguna manera, sigo mirando tus ojos entre abiertos en aquel rincón, bajo la irónica cruz que acompañó tu sonrisa y tus lágrimas ya secas aquella tarde gris. Gris como hoy, como el día 7, como este mes por siempre funesto mes.
Pero hace bastante que dejé de venirte con reproches irreprochables. Hasta prefiero ver ir y venir a los fantasmas. Es que tu foto no me alcanza, como ya he dicho alguna vez. Los espectros tampoco, de hecho. Y seguramente, vuelva a decirlo más adelante, incluso entre esas palabras que a veces encuentro carentes de cualquier tipo de sentido. Ocurre que sos, entre muchísimas otras cosas, de los mejores motivos para expresar lo inexpresable.
Pero hace bastante que dejé de venirte con reproches irreprochables. Hasta prefiero ver ir y venir a los fantasmas. Es que tu foto no me alcanza, como ya he dicho alguna vez. Los espectros tampoco, de hecho. Y seguramente, vuelva a decirlo más adelante, incluso entre esas palabras que a veces encuentro carentes de cualquier tipo de sentido. Ocurre que sos, entre muchísimas otras cosas, de los mejores motivos para expresar lo inexpresable.
Me gustaría saber cuántas verdades brutas me dirías hoy. Quizás tus verdades te fueron suficiente.
A mí nunca me alcanza. Y suspiro.
Los fantasmas de tus viejas crisis me oscurecen los febreros. Y mis grises febreros son todos tuyos, como este mes por siempre funesto mes.
viernes, 24 de enero de 2014
Mi agujero negro
A veces, siento como si se me abriera un agujero negro en el pecho, y como si todo alrededor se hundiera. A veces, siento como si mi solo vacío no fuera suficiente. No me alcanza. Y todo se hunde.
A veces, algunos eventos ajenos terminan por volverse propios, míos. Un poco me superan, y entonces no puedo evitar dejar que se abra aquel agujero. Lo siento más de lo que debería.
Es que, quizás, a veces, soy mucho menos humana de lo que debería, y la empatía me sobrepasa. Entonces, se me genera una sensación similar a la de querer llorar. Y el agujero negro...
Lo siento más de lo que debería. Pero en serio, lo siento muchísimo. Lo siento por vos, por él, por ella y por ellos, a quienes ni conozco, pero lo siento. Lo lamento muchísimo. Más de lo que debería.
lunes, 13 de enero de 2014
Las hojas secas
Con un disco, vinieron olores y tiempos de atrás. De hace unos años atrás. Solo con un disco, vinieron, entraron y se quedaron un ratito.
Después, cuando volví a mirar, eran las clásicas hojas secas.
Pero, mientras se quedaron, me detuve y me quedé. Y sentí olores, y escuché risas, y recordé palabras. Entonces, extrañé. Y un poco me lamenté. Y volví a extrañar otro poco de nuevo.
Pero, de un segundo a otro, volví a hoy. Y me di cuenta de que no me puedo ir de hoy. Entonces, inútilmente los busco, trato de olerlos, y miro hacia atrás. Pero nada.
Ahí están, intactas y crujientes, las mismas hojas secas.
Después, cuando volví a mirar, eran las clásicas hojas secas.
Pero, mientras se quedaron, me detuve y me quedé. Y sentí olores, y escuché risas, y recordé palabras. Entonces, extrañé. Y un poco me lamenté. Y volví a extrañar otro poco de nuevo.
Pero, de un segundo a otro, volví a hoy. Y me di cuenta de que no me puedo ir de hoy. Entonces, inútilmente los busco, trato de olerlos, y miro hacia atrás. Pero nada.
Ahí están, intactas y crujientes, las mismas hojas secas.
So stranger, stranger, stranger things have happened, I know...
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