sábado, 3 de julio de 2004

Impuesto al revolucionario

Cuando éramos chicos, con nuestros padres ya divorciados, todos los fines de semana los pasábamos con el gordo Papá. Por lo general íbamos a la casa de él, o a alguna plaza, no importaba en realidad al lugar donde vayamos, pero casi siempre, nos compraba un EPA(que en ese momento salía $1,50, y ahora te sale como $10, como cambian las cosas che!) a cada uno. Yo siempre elegía el de dulce de leche y mis hermanos el de chocolate. Y mientras nosotros tres íbamos felices por la vida con nuestro helado, mi padre, como siempre, nos pedía un poco a cada uno, con la excusa de "para probarlo"(todos los fines de semana los probaba, para mi que nos mentía....) y a eso se lo llamaba "el impuesto al revolucionario". Nico y yo, no teníamos el más mínimo inconveniente en convidarle un poco de nuestro tan rico helado, pero Pepo(que siempre fue un poco egoísta y tacaño) siempre se hacía el dolobu a la hora de convidar. Y mi viejo, que no es ningún boludo, a pesar de que por la cara te confundís, lo distraía con un "mirá eso Pepo", y mientras el pelotudo de pepo miraba, le morfaba la mitad del EPA... Y luego Pepo desconcertado de lo que le había ocurrido a su helado, se ofendía un poco.... Igual, no aprendió mucho a compartir....

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