martes, 20 de julio de 2010

Viaje al Campo de frutillas III, 3.ª entrega

Como cuando uno viene refunfuneando por lo bajo, quejándose de todo, pensando en todas las cosas que tiene para decir, y finalmente cuando llega, se queda callado.

Canadá tiene un olor particular. O puede que sea solamente el aroma a verano lejano. De cualquier manera, faltan sentidos para saberse completo.

Ciertos mosquitos pueden robar gran parte de uno. O es uno el que puede robarle la vida al auténtico ladrón de almas.

1 comentario:

Nicolás Andrade dijo...

Lo de los olores es verdad. Siempre que uno viaja siente olor a otro lado. Y Canadá tiene su olor, claro.