miércoles, 18 de agosto de 2010

From the top, people

Esta mañana, camino a clase, pensé en darle unos días libres al blog. Lo noté un poco deprimido este último tiempo. Cada vez que lo leia, notaba el poco ánimo que tenía. Y lo último que reprodujo..., pobrecito, fue demasiado.
Así que, decidí darle unos días. Pero justo cuando terminé de pensar la idea, me di cuenta de que él no tenía la culpa.
En el bondi me hice unos de esos planteos cuasi existenciales. Y el subte fue quien decidió finalmente. Durante las dos clases de hoy, hice cosas de clase..., y dormí, como todos los días que curso, claro.
En fin..., la cuestión es que llegué a la oficina, me puse el casco blanco y di la orden de levantar todo de nuevo. Este año hubo muchos veranos. Y este blog ya se tomó como dos años sabáticos en alguna época de la vida.
Entonces, allá se va la nena esa que me traje de Canadá. Se va adentro de una caja llena de agujeros y una leyenda en la tapa que dice: "Devolver al remitente".
Ahora sí, cemento y ladrillo.
Otra vez, inasequible.

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