jueves, 19 de agosto de 2010

Tocarte me duele

Desgracias absurdas que pasan todos los días.
Si de culpas hablamos, podríamos irnos al carajo.
Pero uno nunca tiene la culpa. Uno nunca es el boludo.
Y te cortás la llema del dedo índice de la mano izquierda con el borde de la tapa plástica de un dulce de leche.
Qué boluda la tapa.

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