viernes, 10 de septiembre de 2010

Cómo sé que no morí

¿Cómo sé que no morí?
Hace horas que no veo a nadie.
Lo último que recuerdo fue que apagué las luces, me acosté en la cama y le di play al genial y fantástico concierto del cielo.
¿Cómo sé que no morí? El último contacto que tuve con gente fue por medio de la computadora. Y, ¡vamos!, tranquilamente podría no ser real. No vi a quien tenía que ver ni hablé con quien debía hablar. ¿Y si morí cuando me fundí? Me sentí fundir, y como para no fundirse con esas voces y la oscuridad y la cama y el piano y el fin...
Cuanto mínimo, ¿cómo sé que esto no es un sueño? Cuántas veces he mezclado sueños y realidades. ¿Cómo sé que no estoy en una especie de "noche boca arriba"? Bueno, eso es fácilmente descartable. Yo no soy ni seré nunca tan interesante como los personajes que Julio creaba. Si quiera soñarme creación de Julio sería creerme mucho más de lo que soy.
¿Cómo sé que no estoy en algún más allá? Allá (o acá) podría escucharse la voz de Janis sin ningún problema. También me podría fundir.
Pero asumo que no morí.
En caso de haber muerto, supongo (y espero), estaría haciendo otra cosa más divertida, o por lo menos más particular, y no así, limándome las uñas ni leyendo un mensaje de quien tenía que ver o respondiedole otro mensaje a la persona con la que debía hablar.
El tiempo ajeno afecta al propio. Si otra persona hubiese sido puntual, yo no estaría dudando de mi condición de viva.

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