lunes, 9 de abril de 2012

De ansias y de sentidos

Yo pude haber dicho que moría de vacíos. De vacíos, solo por haber reconocido alguna vez el vacío.
Pude haber insinuado que nada nunca tuvo ni tendrá sentido. Y pude haber hablado de la mismísima vacuidad del ser.
Pero no, no. Para nada.
Porque si mi mano envuelve enteramente su dedo índice, entonces mi mano en ese instante tiene sentido. Y si su pulgar acaricia una pequeña parte de mi muslo, entonces en ese momento, esa pequeña parte de mi muslo tiene sentido.
Tanto como una Nai que se hace bolita abajo de un acolchado, como también un vino en el patio con una guitarra; todos los todos tienen sentido a medida que los pequeños detalles ocurren. Todo el sentido está en los detalles. 
Y el ansia ya se calmó.

No hay comentarios.: