viernes, 28 de enero de 2005

Soñando Despierta

Cerré los ojos y quedé profundamente dormida. Sentía que los párpados me pesaban y el aire se hacía más denso. Veía en mi mente como si se me acercaban pequeñas lucesitas de colores que se estrellaron sobre mis pupilas. En ese mismo instante mis ojos se abrieron, y noté que ya no estaba más en el mismo lugar que antes, me encontraba en un lugar extraño donde nunca había estado. Era una especie de parque, el cielo estaba gris y las hojas de los árboles bailaban con el viento. Quise explorar, y empecé a caminar sin saber a donde iba. Me crucé con hamacas vacías y oxidadas, flores secas, maderas por el piso que en algún momento formaron parte de una calesita, árboles caídos.. Todo parecía estar abandonado, pero sin embargo no sentía que estaba sola.
Dejé de caminar, y parada en el medio de este abandonado parque miré hacia todos lados. Escuchaba risas lejanas, de chicos, jugando; ráfagas de viento pasaban a mi alrededor como si alguien estuviese corriendo al lado mio. Miré con extrañeza y desesperación a todos lados, ahora solamente escuchando mi respirar, y a lo lejos lo ví. Un nene, quien corría alegre, me miraba, y hacía señas para que lo siga. Corrí hasta él, esperando que pueda decirme qué era ese lugar y por qué estaba yo ahí. Cuando llegué, traté de tocarlo pero desapareció llevandose con él su risa.
Se levantó viento, un papel vino volando de la nada, y pegó sobre mi. Lo agarré, lo miré y leí las siguientes palabras: ¨Te esperé, te espero y te esperaré por siempre¨. Me extrañó, miré a mi alrededor, pero no había nadie. El viento se calmó, pero nubes de lluvia se asomaron. Miré el pasto seco debajo de mis pies, y sin ningún motivo me puse a llorar. Levanté la mirada y lo ví, se acercaba despacio, venía hacia mi. Al llegar a mi lado, secó mis lágrimas, y mirando fijo a mis ojos cristalizados me besó, en ese momento la lluvia comenzó a caer fuertemente sobre los dos. Fue un beso de amor, pero más que nada de despedida. Nuestros labios se aislaron y suavemente me dijo al oído: ¨Acá te espero hasta el final.¨
Acariciandome con sus suaves manos hizo que cierre mis ojos, y cuando los volví a abrir estaba en donde me encontraba en un principio, recostada, sobre mi cama. Giré la mirada hacía mi mesita de luz y vi su foto. La foto de mi amor, la foto de mi amante, de mi amigo, de la persona que más me cuidó en la vida. Esa persona que para mí se llamaba, amor mío, esa misma persona que perdí en un accidente de tránsito, que murió y nunca volví a verla hasta que soñé que me besaba.
Decidí levantarme, y junto al pie de mi cama, encontré un papel, lo levanté, y al leerlo tuve varias sensaciones. Primero reí, luego lloré, y después caí sobre mi cama esperando no volver a respirar tan solo para verlo.
Aquel papel decía: ¨Te esperé, te espero y te esperaré por siempre. Te amo.¨

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