lunes, 18 de enero de 2010

Resurrección y la puta madre...

¿Es tu vos? ¿Es mi yo? ¿Será su él? ¿Será su ella? Yo soy yo.
Tan rápido lo vi. Tan rápido lo lamenté. Lamenté no tener nada. Lamenté el hecho de que sólo haya agua... Y notas. Cuando las ideas se caen a pedazos y se desarma toda la imaginación. Automáticamente después de eso, una patada va enfilada con todas las ganas directo a la nuca de uno.
Y hubo dos días de paz en aquella vida de año pasado. Hermosa mañana, amistoso despertar. O mejor, dormir. Como en casa. Como en un principio. Como debería quedar siempre. Intacto así.
A veces el suicidio no es suficiente y hay que dejarse matar. Ojo, no siempre es bueno que uno mismo se ate la soga al cuello y espere al verdugo para que termine lo que uno empezó. Hay casos en los que no hace falta. Y el trabajo debe ser enteramente mérito de otro. Y así fue. Así fue como una sola oración me violó –o quizás no haya sido violación– con recurrentes palabras.
Hoy, ahora, y como por un mes más, hay silencio. Hoy, ahora, floto donde las olas no rompen.
No puedo quejarme. Hace casi un mes que no paro de morir.
Después de todo, este mar sin toda esa sal no sería mar. Aunque, a este cuerpo mal no le vendría dejar de ingerir alcohol por unos dos o tres días nada más.

2 comentarios:

Carla Petrucchi dijo...

Eso me parece una alta expresion salida de un ser, o una sociedad, saturada de testosterona, para que los señores señores se sientan mejores sobre sí mismos, y su achicharrado pitito.

Me salió la feminista de adentro, no sé, decí que les falta un buen jardín con flores, una estructura mental menos proyectadora y más reflexiva, o una televisión 4500 pulgadas para sentirse realmente satisfechas y realizadas. Pero la pija. MMM, no sé el blog es tuyo, perdoname la intromisión. Solo me parece que fomenta toda esta garcha.

tiviandra dijo...

Pero, por favor. Adelante on la intromisión. Si no lo quisiera, sacaría los comentarios.
Me dejaste el comentario en el posteo de abajo y casi te contesto cualquier cosa. Hasta que cai.
No lo veas como un algo que afirma y recontra afirma que la felicidad de la mujer depende de la pija.
Es una forma de decir. Esa frase es un modismo. Es algo ya adaptado. No es nada más que una frase hecha. Que todos hemos usado y usaremos alguna vez. ¡Vamos!
Fue solo una manera de decir que ojalá a esa edad no sea así de forra, así de histérica, así de rompebolas y así de egoísta con el resto.
Y no va más allá de eso. No sé qué le falta en su vida para que se sienta realizada y satisfecha. Ahí ya no me meto. Tampoco me interesa. Es solamente una manera de decir.
Pero, muy buen punto de vista.