Sonriendole A Lo Simple...

Y estiré un brazo, apagué el despertador, y abrí los ojitos. Fue tan lindo, toda mi habitación estaba siendo iluminada por una hermosa luz amarilla que venía de la ventana.
Me senté en la cama y pispeé entre las cortinas blancas. El cielo estaba naranja.
Diez minutos después, me levanté , me vestí y me peiné. Y cuando me miraba en el espejo, acomodando, pelo para aca y pelo para alla... Escuché caer, con muchas ganas, a una de esas lluvias de pirmavera-verano, en donde el olor a lluvia deja notar que afuera hace calor. Y sonreí. Mucho.
Bajé a la cocina, y Oscar había comprado facturitas. Comí una sola, la otra estaba con pinta, pero preferí (y qué loco que haya pensado eso en ese momento) guardarsela a mi hermano mayor que le gustan mucho esas.
Al rato recordé que mi susodicho hermano, todavía está "de juerga en Canadá"... Así que para que no diga que nunca le dejamos nada rico para comer, hoy, le dejo aca, una tortita negra rellena con dulce de leche.
Disfrutala, que allá no tenés de estas.