viernes, 19 de noviembre de 2010

Merthiolate

Arde merthiolate. Y no se de dónde salió esa lastimadura.
Merthiolate. Y me remonta a una vieja casa de tía en Escalada, un kiosco de barrio, de esos que te venden desde una ventana con rejas, claro. Misma vieja casa en la que las náuseas de un hermano mayor provocaron que él no vuelva a comer choripan durante muchos años. De grande se recuperó del trauma. Misma casa en la que tengo recuerdo de haber visto por última vez el frasquito de merthiolate.
El frasquito blanco, la palita blanquita con agujeritos que nace del interior de la tapita del frasco y el merthiolate ahí, ardiendo incluso antes de tocar la herida. Merthiolate. Arde solo el merthiolate. Así bien merthiolate.
¿De dónde habrá salido esa lastimadura? Ya no se usa el merthiolate. ¿Arderá? ¿Y qué será de la vieja casa de tía en Escalada?

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