jueves, 30 de diciembre de 2010

Último de últimos

Desde el monitor con la patita de ganchito de carpeta incrustado en el botón de encendido para que el monitor no se apague —sin esa herramienta de precisión no se mantendría prendido—; pasando por la impresora que anda cuando quiere; o por la radio estancada siempre en el mismo dial; o los escritorios encerrados en estructuras de durlock pintadas de gris; o el enorme mueble lleno de biblioratos desbordados de papeles y de facturas y de certificados y de declaraciones juradas; o el estante portador de modem y de router que se desatornilló y se mantiene perpendicular a la pared por la fuerza y la voluntad de un florero; o la cortina que alberga a una araña que siempre se muestra cuando baja a almorzar a algún pobre e ingenuo mosquito; o las tres ventanitas rectangulares que se abren por la mitad; o el portero que acopla; o la interminable pila de papeles y de folios en el escritorio vecino; o el armario repleto de libros de actas y de facturas para devolver a sus respectivos dueños; o el cuaderno de resultados de IVAs; o el scanner que está hace diez años; o la computadora con DOS; o el fax, el maldito fax; o el cuaderno de claves; o toda esa gente que entra y sale; o los inspectores; y toda la manga de clientes con sus problemas contables por resolver; o todos los vencimientos; o...
Hasta el espejo que adorna el fin —o el principio— de la escalera.
Todo eso. Estoy segura de que no lo voy a extrañar.
Muchas gracias y todo muy lindo pero hasta luego, estimada oficina.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sientase bien

Sientase libre. Conozcase. Usted es una persona y eso ya le da la condición de ser un ser interesante, cuanto mínimo. Sorpréndase de usted.
Haga con ganas. Haga lo que tenga ganas y hágalo con muchas ganas. No mande todo a la mierda a la primera que falle. Perseverancia. El logro se ve al final, y si no se logró, seguro algo rescató.
Quiérase. Tengase cariño, amese. Quiérase como si usted fuese su pareja, incluso más. Ni su pareja puede quererlo tanto como se tiene que querer usted. Y amese de la misma manera en la cama. Tenga intimidad con usted. Cuéntese sus propios secretos. Nadie mejor que usted para saber qué le gusta. Tiene garantizado pasarla bien.
No se queje tanto. Ni es necesario. No se moleste todo el tiempo por cosas que no valen la pena. Lo que pasó ya está, ya pasó. Y, en definitiva, siempre se le puede encontrar un lado positivo. No se haga mala sangre. Respire profundo y tomeselo con calma.
No sea rebelde sin causa. En caso de querer romper las reglas, primero tomese la molestia de conocerlas todas, casi a la perfección. Es una cuestión estratégica. Y es que el mejor método para destruir al enemigo es conocerlo muy bien.
No se deje llenar la cabeza, piense dos veces todo lo que le dicen, todo lo que quieren que crea. Tampoco se quede con una sola versión.
Piense en el otro. Somos todos humanos. Nadie tiene la culpa. Las cosas nunca se hicieron bien. Y dudo mucho de que en algún momento se hagan bien. Sin caos no hay orden. Para que algunos estén bien posicionados otros tienen que estar muy mal parados. Piense en el otro y aprecie la vida humana.
No se quede parado siempre en el mismo lugar. Busque cosas nuevas. Busque que las cosas de afuera también lo sorprendan. Admire cosas que hasta el momento haya considerado insignificantes.
Nunca se aleje del arte, de la música, de la lectura. Use la imaginación. Sientase en la libertad de sentirse un chico de a ratos. Sientase en la libertad de jugar. Y aprenda, siempre trate de aprender algo nuevo.
Sientase libre de conocerse. Disfrute de pasar tiempo con usted.

lunes, 27 de diciembre de 2010

No terminó

Todo empezaba, de cero empezaba. Y nadie miraba. Nadie veia lo que nosotros podíamos ver. Toda la gente común nos rodeaba. Y nadie siquiera sentía lo que podíamos percibir. De a ratos no podíamos ni sentir. La casa no nos bastaba. Todo pasaba, todo avanzaba. Y cuando ya la luz nos ganaba, tapabamos todas las ventanas. Todo volvía a empezar. La casa todavía no alcanzaba. Eramos animales. No se frenaba, no se frenaba, así como si todo girara. No frenaba. Parecía que todo colapsaría en ese instante. Tan intenso, constantemente intenso. Colapsaría. Intenso. Sucumbiría. Y no bastaba. Pero el mundo nunca terminaba. Solo después, y recién después, de varias horas de sueños por separado volvimos a caer. Colapsó. ¿Colapsó? El escenario se derrumbó. Y todavía siento a esos fantasmas. De a ratos algunas cosas vuelven a empezar. Todavía creo que no terminó.
El mundo nunca terminó.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Logro veinte-diez a los veinte-dos

Después de varios meses de trabajo y de mucho esfuerzo, me siento muy contenta de poder decir que hay un libro con textos míos en la Biblioteca Nacional. Y es un libro que no hubiese sido posible realizar de no ser por una persona tan dedicada a su trabajo (quizás mucho más de lo que debería), apasionada realmente por lo que hace, predispuesta, amable y de un corazón enorme: muchas gracias, Adriana.
Felicitaciones a todos mis compañeros, con los que tanto trabajamos por esto.
Gracias también a quienes siempre se les debe gratitud: la vieja y el viejo. Y finalmente, la dedicatoria de este logro veinte-diez a mis dos hermanos que mucho, muchísimo tienen que ver con todo esto.
Gracias Eze y Aye, mis dos más dos de todos, por haber estado ahí.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Coronados de gloria

Cuántos esqueletos se han perdido de esa fiesta.
Cuántos otros esqueletos se habrán sentido ofendidos por la indirecta festiva.
Cuántos de todos aquellos muertos quisieran no estar más vivos solo para no tener que seguir mirando cómo les tiran pedazos de democracia en sus caras.
¿Cuántos de todos nosotros entendemos las reglas de este juego?
Juremos. Y gloria para todos.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El loco de al lado

El loco de al lado grita y grita. Al lado de él tiene una botella de lavandina.
El loco de al lado habla y habla. Mira hacia la pared y habla, siempre habla.
Ella lo escucha. El loco sabe que del otro lado ella escucha. Y habla y habla. Del otro lado, ella se apoya contra la pared y lo escucha, siempre escucha.
El loco de al lado grita y da un trago de la botella de lavandina. Ella lo escucha, sonrie y después se lamenta. Se lamenta porque no es a ella a quien el loco le habla. ¿A quién le hablará? Se lamenta porque no es ella la botella de lavandina.
El loco de al lado no se calla y siempre da tragos de la botella de lavandina. Y ella quiere ser destinatario o lavandina.

martes, 7 de diciembre de 2010

Ya me olvidé

De vos, de él, de ella, de todos; de mí. Me olvidé, total y completamente. Después volví y me encontré..., sin nada.
Me acordé cuando me perdí. Y no sé a dónde enfilé. Me acordé de que para ser víctima yo había cantado pri. Y por un ratito solo me morí. Esa vez no fue domingo, me acuerdo. Después me fui. Y a los dos días me olvidé. Total y completamente. De vos, de él, de ella, de todos y de mí. Me olvidé de que viví.
Cuando me quise acordar ya era diciembre.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Vamos por partes

La que parte y reparte, ¿dónde carajo está la mejor parte? Aparte, parte de la parte es la que se reparte.
Yo las crío y ellas se amontonan en partes. Y por gloria y pena, yo ya no soy parte. La que parte y reparte...
La mejor mejor parte se la queda quien primero parte. Y parte de partir, es irse a otra parte.